Héroes vs. personajes

Illustration of hero bust back to back to character bust

Las respuestas sistémicas a los problemas sociales arraigados requieren más que unas pocas personas extraordinarias: necesitan ejércitos de personas comunes que utilicen técnicas estratégicas y efectivas. Por eso, el periodismo de soluciones es más interesante cuando las historias se enfocan en personajes más ricos y tridimensionales y cuando tienen una tensión narrativa cautivante, en lugar de depender de los “héroes”.

¿Cómo puede evitarse caer en la adoración del héroe, incluso cuando un autor se encuentra legítimamente impresionado por el ingenio o el liderazgo de alguien? Aquí ofrecemos algunos consejos:

  • Como en todo buen escrito, muestre, no cuente. Estudie a los arquitectos de la solución y a los “clientes” en acción, y hágalos visualmente gráficos para sus lectores. Cuanto más tiempo pueda estar en el lugar de los hechos, tanto mejor.
  • Si informa lo que observa sin utilizar adjetivos editorializados como “increíble” o “estupendo”, puede dejar que el lector saque sus propias conclusiones sobre las cualidades de los personajes.
  • No olvide el valor de revelar las dificultades de los personajes. Esto no es para avergonzarlos o condenarlos, sino para hacerlos más reales. Quizás el líder de una organización sea un fantástico visionario, pero un gerente disfuncional. Quizás le cueste lograr un desarrollo porque no está dispuesto a ceder control. Incluso sostendríamos que, en realidad, es más útil informar de alguien objetivamente que allanarlo para exhibirlo como héroe sin defectos.
  • Detrás de toda historia de un poderoso artífice del cambio, hay un privilegio oculto —la gran inversión inicial de una tía, por ejemplo—, una dolorosa pelea con un colega o un fracaso abismal. No dramatice por el drama en sí mismo, pero tampoco evite los momentos oscuros que puedan ser educativos.
  • Busque personajes improbables. De hecho, muchas veces el supuesto destinatario puede ser el catalizador de una narrativa mucho más interesante que el emprendedor social. O bien considere a otras personas dentro de la organización que no ocupan posiciones de liderazgo. Muchas veces, los grandes personajes son ignorados porque no tienen una placa con su nombre que diga Director o Presidente Ejecutivo. Geoff Dembicki, periodista de sustentabilidad, ofrece un ejemplo: “He descubierto que en ciertas áreas, como la del cambio climático, los artículos suelen enfocar los mismos arquetipos una y otra vez: el ambientalista que lleva todas las de perder, el lobista astuto, el conservador desinformado, etc. A veces el aspecto más interesante de una historia de soluciones es la revelación de nuevos arquetipos. Recibí muchos comentarios positivos del perfil que hice de un libertario instalador de paneles solares en Hawái porque desafiaba las ideas de la gente en cuanto a quién puede o debe estar interesado en el medio ambiente. El mero hecho de que ahora exista un arquetipo inesperado en la imaginación de la gente abre nuevas posibilidades de narración y debate”.

“Simplemente no basta con encontrar un activista solitario que luche por cambiar un sistema que no funciona y escribir un perfil que lo describa. Cuando sea posible, el objetivo debe ser observar más profundamente los cambios a nivel de sistema, en lugar de los sujetos individuales que son retratados como héroes. Eso me ayudó a pensar en la dificultad de informar sobre las falsas narrativas que tenemos en relación a la violencia armada; influyó en mi decisión, por ejemplo, no sólo de hacer un perfil sobre un individuo espectacular que lucha por cambiar la narrativa relacionada con los sobrevivientes de crímenes, sino también de hacer un perfil de dos grupos que trabajan codo a codo para reformar todo un campo de narrativas relacionadas con los sobrevivientes y para construir algo mucho más grande que la suma de sus partes. Encontramos a nuestros personajes en programas que abordan sus necesidades y, a partir de allí, fuimos trabajando de atrás hacia adelante, identificando tanto los obstáculos como las cuestiones y estadísticas relacionadas con el problema”.

Sarah Stillman portrait
Sarah Stillman
The New Yorker